La Parálisis Cerebral es la discapacidad crónica más común de la infancia. Es definida por la American Academy for Cerebral Palsy and Developmental Medicine como un grupo de alteraciones del movimiento y la postura, con limitación de la actividad muscular, atribuida a un problema no progresivo, ocurrido durante el desarrollo fetal o en el cerebro infantil.
Las alteraciones motoras de la Parálisis Cerebral se acompañan de problemas de sensibilidad, conocimiento, comunicación, percepción y en ocasiones problemas de convulsiones.
La parálisis cerebral es diagnosticada a los 3 años de edad y las causas son diversas: pueden ser hereditarias, problemas durante el embarazo, al nacer o en el periodo inmediato al nacimiento.
El cuidado debe ser multidisciplinario y el tratamiento tiene que ser individualizado, según sean las necesidades de cada paciente. En ocasiones se requiere el uso de terapia física para mejorar habilidades, apoyo quirúrgico posterior a estas etapas, uso de férulas y manejo de contracturas, así como apoyo temporal con manejo preoperatorio de infiltraciones de toxina botulínica para buscar la mejoría a corto plazo hasta con 6 meses de efecto, lo cual permite intensificar rehabilitación o planificar tratamientos quirúrgicos definitivos basándose en transferencias tendinosas, liberaciones articulares, alargamientos tendinosos, tenotomías, neurotomías selectivas, entre otras.
El resultado que se busca con estos tratamientos es:
- Reequilibrar los músculos de la extremidad a fin de mejorar su funcionamiento.
- Aminorar los problemas de higiene.
- Mejorar la apariencia.
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